En estos tiempos complejos y turbulentos («tiempos mejores» para algunos), no me puede ser indiferente lo que ocurre en este país y específicamente en educación. Es por ello que me animo a compartir esta pequeña reflexión sobre lo difícil y profundos que son los problemas de la educación chilena.
Hace unas semanas mi Valparaíso fue invadido por profesores que con justa razón alzan la voz para exigir al gobierno de turno mejoras enfocadas principalmente en el fortalecimiento de la educación pública, en la implementación de una educación integral que trascienda las mediciones estandarizadas y en la mejora de las condiciones laborales de los profesores. Si bien esto es solo parte del detallado petitorio de los docentes (al cual apoyo en su totalidad), creo que la problemática más profunda aún esta lejos de ser el centro del debate: ¿para que sirve la educación chilena? o más bien ¿que sentido tiene educar como lo estamos haciendo?
Soy profesor de música en un colegio privado lo cual de cierta forma me impide estar presente en todas las manifestaciones, ya que en este tipo de establecimientos comúnmente todo sigue como si no pasara nada. Incluso algunos colegas me han preguntado ¿y por que están en paro? Por suerte no todos son así de indolentes y desconectados de la realidad social y muchos compañeros de trabajo han manifestado abiertamente su apoyo al paro nacional, pero aún así es muy poco lo que hacemos en pro de nuestros colegas del sistema público. Pareciera ser que la distancia socio-económica que separa la educación privada de la pública ha mermado hasta nuestras conciencias, haciéndonos parte de una hostil separación que se evidencia en que, al igual que algunos de sus profesores; muchos de nuestros alumnos no saben, ni les importan los problemas de la educación a nivel nacional. Para mí, y esto es algo muy personal; esta situación es lo más triste de la educación chilena en la actualidad: Estamos formando personas tan egoístas y desequilibradas, que me da vergüenza ser parte del actual sistema educacional responsable de su formación. La educación chilena solo fomenta el desarrollo competitivo de personas cuyo único objetivo es velar por un estándar social que les permita tener mucho dinero, lujos y privilegios que les den una falsa sensación de éxito que los haga sentir que mejores que los demás.
Siendo esto el reflejo de la actualidad, ¿Qué sentido tiene educar como lo estamos haciendo?
Ninguno. Creo que es el momento de reflexionar y tratar de buscar un objetivo para nuestra educación. No tenemos claridad de que es lo queremos de nuestro sistema educativo por lo que menos sabemos que clase de personas queremos formar. Tristemente veo que el actual objetivo es formar personas competitivas y sumamente ignorantes. Sí, suena contradictorio; pero personas con estas características son las que más abundan (abundamos) y son justamente el resultado de políticas propiciadas deliberadamente a través de un sistema educacional que permite «someter al enemigo sin luchar» (citando al famoso libro El arte de la guerra). La estrategia de no impulsar el realce de la cultura como eje articulador de una sociedad libre, pacífica, y con pensamiento crítico les ha funcionado a nuestros «lideres», quienes parecieran fomentar desde el MINEDUC (y los gobiernos democráticos hijos de la dictadura) la mediocridad y la banalidad como herramienta de control social. Eliminar la asignatura de Historia, menoscabar al deporte y a las artes, potenciar las evaluaciones estandarizadas, no respetar las diversidades de formas de vivir y pensar en una verdadera sociedad libre, etc; son solo algunas de las detonantes de un movimiento social del que anhelo profundamente se puedan obtener resultados que vayan tejiendo lineas más claras y positivas sobre el verdadero sentido que puede tener nuestra educación.
No quiero creer que no ha valido la pena dedicarme a esta profesión. Tampoco creer que mi trabajo solo es un medio para obtener un sueldo a fin de mes o como he escuchado muchas veces, que solo servimos para mantener a los niños ocupados mientras sus padres trabajan para producir dinero. ¿Es acaso esa la verdadera función de un profesor para el Estado de Chile? De ser así, agradecería un poco de honestidad. Que no se nos mienta más con discursos sobre educación de calidad o de lo importante que es la educación para el Estado y/o gobierno de turno si nuestro rol solo es útil para mantener controlada y reprimida a una juventud que no esta siendo verdaderamente educada en pos de un equilibrado y consciente desarrollo individual y social. No quiero ser profesor en un país así.
Todo mi apoyo a los profesores de Chile y a todas las demandas planteadas en el petitorio y espero sinceramente que algún día podamos sentirnos orgullosos de la educación que se entrega en este país.